El pasado domingo leí con
atención los párrafos enaltecedores de Pablo Calvo sobre la manifestación del
18-N en Madrid. Ver artículo en enlace (http://www.hoy.es/extremadura/acaba-20171118001058-ntvo.html )
Sin duda, su fervor patrio le
lleva a incluir en la cita madrileña a todos los más posibles, extremeños de buena
fe, partidos y organizaciones políticas…, en su discurso de ”el tren digno”.
Eslogan ciertamente acertado y repleto de marketing social. Pero no puede
evitar, y es lo que realmente el
articulista defiende, ya sea por mapas con vacíos de AVE, por pedir lo que
otros ya tienen pero sin acusar la desinversión regional, por la inacción
política continuada… es que la demanda resulta engañosa y está centrada por el
AVE. Este discurso sería ético e
innecesario si el tren convencional fuera eficiente, de altas
prestaciones y de velocidad alta. También si hoy constituyera un modelo de
transporte –más ecológico por cierto- frente a la carretera…, en vez de
situarse a las cotas de marginación y abandono en el que está.
También señala y acusa a
Izquierda Unida de ser la excepción. En este sentido debió estar más atento a
lo que se fraguaba estos días pasados. De un lado el Movimiento por el Tren
Ruta de la Plata se posicionó muy en contra de la cita a Madrid, toda vez que
hay una flagrante contradicción entre pedir ferrocarril y levantar vías al
norte de Cáceres (sin vías no hay tren, quede claro). Por otra parte
asociaciones ambientalistas como Adenex o Ecologistas en Acción no asistieron a
la cita en la Plaza de España. Tampoco el PCEx que lo dijo fuerte y claro.
Igual comentario con CGT o el Sindicato Ferroviario. O sea, las excepciones
fueron significativas.
Dice que el 18-N es una fecha que
marca un antes y un después. Otros pensamos que no, que debe retrotraerse al
31-12-1984, cuando con un gobierno socialista se cerró el tren Vía de la Plata
para pasajeros y, después ya sin mantenimientos ni inversiones en la línea,
también para mercancías en 1996. Esto sí que fue un grave error histórico que
pagaremos hasta que se restituya nuestra dignidad. Lo de hoy no son más que
polvos que vienen de aquellos lodos: despoblación sangrante, malos políticos y
falta de equilibrio territorial en nuestro país.
