jueves, 27 de diciembre de 2012

Jardines del Valle: nuevo Parque en Sevilla



Algunas veces al paso por esta nueva Zona Verde de Sevilla mi familia me hacía recordar la peripecia que, en aquellos tiempos estudiantiles, junto a otros amigos logramos convertir en éxito. De nuevo, ante una insistencia reciente me puse a recordar y escribir los acontecimientos. En noviembre pasado los envié al Diario de Sevilla y la historia parece que convenció y decidieron publicarlo, previa entrevista a los protagonistas en el lugar.
El pasado 26-12-2012 este periódico publicó un reportaje en página central haciendo memoria e historia de aquellos sucesos sobre la Recuperación/Salvación de los Jardines del Valle en Sevilla que, afortunadamente, devinierion en éxito, para el bien de la ciudad y de sus paisanos, que ahora lo disfrutan. Adjunto el enlace del periódico para ampliar información actualizada más allá de mis recuerdos iniciales, ampliados con documentos facilitados por mis compañeros y que yo he perdido: http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/1426767/la/osadia/salvo/los/jardines/valle.html
Para quienes no lo conozcan, cosa que no está bien y deben visitarlo, los Jardines del Valle están en pleno centro de Sevilla, junto  a la Ronda Histórica y es un enclave singular cargado de historia, muralla almohade, jardinería sevillana de naranjos y espacio abierto como pocos.
Si bien han pasado 35 años de ello, no está demás mostrar que las cosas, obras públicas, beneficios sociales, etc, no llegan porque sí. Más bien porque hay luchas y demandas detrás de ello.  Hubo un proceso y debate público más o menos acalorado con múltiples reuniones a diferentes niveles que, más pronto que tarde, despejaron los riesgos de demolición, tala y arrasamiento de esta zona verde sevillana. Algunos recortes de prensa de esos años, así lo muestran:


 

 

Por supuesto, ese movimiento ecologista estaba calando en la sociedad de entonces, con éxitos en convocatorias públicas, ya fueran ambientales, políticas (antorcha que recogieron la mayoría de los partidos recién legalizados), festivas, etc, poero siempre reivindicativas de unos aspectos de la vida y de la organización social que no se tenía en cuenta: el respeto por el medioambiente.
A continuación transcribo directamente el escrito que pretendía publicar en el citado diario:

ASALTO, RECONOCIMIENTO Y DENUNCIA DE LOS JARDINES DEL VALLE.


Antesala.
Debió  ser  por el otoño de 1977 cuando planteamos una denuncia pública del estado de abandono y peligro  de los Jardines y edificios anexos. (Cuál no es mi sorpresa cuando buceo en internet y se mantiene aún la noticia cargada y es esa fecha).
Estaba en mi tercer año de carrera y ya participaba con unos cuantos compañeros de la Facultad de Biología y otros de Económicas y de Arquitectura en operaciones ambientales y de denuncias ecológicas. Éramos 10-12 avanzadillos que nos reuníamos mucho, aportábamos poco dinero a un fondo común que a lo más que llegábamos era para tirar panfletillos o imprimir pegatinas reivindicativas con diversos objetivos. Nos llamábamos Grupo Ecologista Autónomo de Sevilla (GEAS). Uno más entre muchos.  De éstos, 4-5 decidimos un día conocer por dentro –que no asaltar- la finca urbana abandonada y a punto de especulación que incluía los Jardines del Valle.
Por entonces aún no tenía bici –iba siempre en autobús- y al año siguiente que me matriculé también en la Escuela de Agricultura compré una Vespa-150 Sprint (SE-68.923) con los ahorros de una campaña de vendimia en Francia. No se estilaban las bicis ni era posible aún en esta jungla de asfalto y de comunicación. Lo de las bicis y redes ciclistas de ahora es ni más ni menos que un sueño..., que aún no acabamos de creernos algunos.
Entonces no había casi ni bicicletas y las calles y avenidas de Sevilla estaban abarrotadas de vehículos y autobuses, sin rondas de circulación urbanas, ni viarios adaptados, ni aceras reurbanizadas sino cochambrosas, y con un planeamiento urbanístico insensible a las zonas verdes y a los espacios libres. Y eso que la Ley del Suelo (1957 y la de 1974) ya insistían en aportar unos mínimos estándares de calidad urbana (aparcamientos, zonas verdes, viarios tipo…).
La ciudad solo tenía algunos parques públicos emblemáticos como el de Mª Luisa o Las Delicias, o privados como el de los Duques de Montpensier.  Pocos más, así como ciertas avenidas y bulevares ¡que hacían las veces de zonas verdes! Era el caso de El Paseo Colón o la Avenida  de La Palmera.
Así pues, la ubicación de esta zona privada, cerrada en toda su periferia (la parte del perímetro hacia el caserío histórico era y es muralla, con sus lienzos y torreones) y siempre oculta a la ciudad, se presentaba como una hazaña difícil pero deseable y reconozco que nunca pensamos en poder conseguir objetivo alguno. Además, estábamos en los estertores del franquismo (la muerte del dictador fue el 20-11-1975) y no se hablaba todavía ni de Democracia ni de “Transición Ordenada”, aunque sí que se reivindicaba por doquier. Era un momento convulso con las administraciones queriendo abrirse pero anquilosadas en estructuras caducas y poco eficaces. Las leyes desarrollistas de los años 60-70 seguían tan panchas y revisar una zona urbana para usos no edificatorios, como así pretendíamos era, si no una quimera, pues algo parecido.
Nudo
Como digo, amplios paredones rodeaban estos jardines privados y otros edificios y capilla que una congregación religiosa-educativa  vendió a la ya extinguida Inmobiliaria Granadaban, que por supuesto contaba con grandes beneficios e influencias por entonces.
Pero quiso el cielo y los hados que las cosas nos favorecieran en nuestro ingenuo propósito, que no era más que “denunciar” la situación ya conocida para evitar su tala y construcción posterior. En movidas posteriores (el proceso se estancó varios años) ya creíamos que la solución única y real era que el Ayuntamiento de Sevilla convirtiera esta zona en parque urbano. Las circunstancias y sensibilidad de personas y entidades que se sucedieron después no hicieron más que despertarse ante nuestra astucia de denuncia pública. Además, el caso de la edificación se palpaba como inevitable. Y no es que hubiera simpatías ciudadanas a nuestro hecho y asunto ecológico, sino cierto rechazo social que se palpaba a urbanizar esto, pero que no llegó a difundirse y saltar a la prensa hasta días después de esta historia. Ese fue nuestro éxito, con lo que merecieron la pena los riesgos que pasamos.
No recuerdo cuántos fuimos, seguro que Rafalito el técnico, Carlos ingeniero, Curro, Luis fotógrafo y yo, estudiantes todos. No sé si más. Unos más acojonados que otros. Aquí, en este suceso policial comprendí la fuerza de las palabras bien planteadas y el arte y la capacidad de persuasión de algunos. Está claro que en lo que hacíamos nos asistía una noble causa y una convicción sin límites, aunque temerarios sin duda. Por un lado con el propietario de la casa de la Calle Sol donde ya estudiamos que nos sería accesible la entrada para tomar fotos. Por otro, embaucar con nuestra historia al policía o comisario que nos tomó declaraciones por “asalto a la propiedad”.
Creo que fue un día muy poco apacible, con frío y recientes lluvias, poco propicio para las fotos que, inevitablemente, en blanco y negro obtendríamos de aquél que tenía y llevaba la cámara.
Muy diligentes, hablamos con el propietario de una casa baja, quizás en obras y de puertas abiertas, con linderos de edificios plurifamiliares, altos y feos, todos ellos adosados a la muralla almohade o cerca histórica de Sevilla, interior a la actual Ronda. No sé quién se granjeó la simpatía de vejete, enjuto, pelicano y adusto al que convencimos de nuestra buena obra y que solo queríamos fotos. En unas horas estaríamos de vuelta y no tendría que preocuparse para nada del tema. ¡Ingenuos estudiantes de la realidad de las cosas!
Con una simple escalera saltamos la pared (muralla) y nos apabullamos con la selva abandonada que entonces era el parque después de varios años de abandono. Amplias calles y jardines con enredaderas blancas y jazmines amarillos, enormes y gigantescos eucaliptos que ocultaban gran parte de la muralla interior, toda libre, fuentecitas y asientos en círculo, hiedras salvajes trepando por troncos de olmos y acacias, rosaledas crecidas y sin podar... También un espacio de naranjos y limoneros en hilera  y con frutos.
Igualmente los edificios estaban medio saqueados y todo semidesmontado, aulas, despachos, pasillos, etc. Lo que más me llamó la atención era la Iglesia o Capilla del Valle, con bancos, reclinatorios, maderas, todo lleno de polvo y destartalado, aunque con las altas arquerías góticas en buen estado. No recuerdo atosigamiento de palomas como es hoy frecuente en todos lados y en los edificios abandonados.
Ocurrió una de las dos cosas, a saber: que el tiempo se nos fue volando, asombrados de la magnitud del proyecto de arrasamiento de estos espacios, el edificado y el asilvestrado; o bien que el propietario permisivo se asustó porque un grupo de jovenzuelos lo podrían meter en un buen lío. Entre las almenas, unos policías aputándonos con fusiles y pistolas de goma nos apremiaban a acercarnos y subir.
Saltar hacia dentro no hubo problemas, pero gatear y subir fue otra. Mientras nos ayudábamos unos a otros para alcanzar el alto de la muralla alguno de nosotros insinuaba salir corriendo y ya está, pero del susto que teníamos ni se nos ocurrió lanzarnos hacia seguras conejeras sin salidas. Recuerdo que los fieros y agresivos policías (de palabra, no recuerdo golpes)  tuvieron que ayudarnos a subir con manos y brazos. Del traslado a la comisaría o puesto de la Policía en la Ronda nada queda en mi memoria. El ocojone y las caras blancas borraron estos momentos.
Desenlace
Lo que no se me olvidará en la vida, ya lo anticipaba antes, era la discusión con el comisario sobre los fines y buenas intenciones de nuestro “asalto a los Jardines del valle”. Porque tras una dura reprimenda y fuertes improperios del “superior” a unos veinteañeros estudiantes sin mala pinta, sino correctos y bien hablados, se sucedió un diálogo, o más bien monólogo de Carlos que, impetuosa y hábilmente fue desgranando y describiendo lo que habíamos hecho, nuestro objetivo y claro desinterés y ausencia de maldad en denunciar “la Urbanización del Valle” y que lo que pretendíamos era “un parque del Valle para Sevilla” (aunque no creyéramos posible un final feliz).
Cuál fue nuestra sorpresa cuando el policía iba aflojando la tensión y sus miradas, y sus notas -hasta dejar de escribir-, e ir sucesivamente desinhibiéndonos cada uno y participar en la conversación. Nos creímos concienciadores del cerebro del policía, que ablandamos, convencimos y  persuadimos (¿quizás embaucamos, o embaucó Carlos?).
Pues ya está. El comisario-policía, hombre de 30-40 años, moreno, de amplias entradas en la frente, de paisano y solo ante todos nosotros nos hizo callar. Dijo ¡basta!, por esta vez que pase, que no os vea en este lío, que se nos caería el pelo, que el carrete de la cámara fuera, que se quedaba con nuestros nombres… y unas cuantas bondades más.
Salimos de la comisaría callados pero con sonrisas, hasta el punto de alegrarnos de las caras de asombro y contrariedad de los otros policías que nos capturaron y estaban esperando cuando nos vieron salir libres, aunque no sé si abierta una ficha policial, nunca lo supimos.
No recuerdo que nos registraran, por lo que Luis  que tenía guardado otro carrete hecho, nos enseñó el preciado botín a la vuelta de dos manzanas, todos ya más tranquilos y sosegados.
La denuncia gráfica a los medios periodísticos de entonces  se hizo, pero sin declaraciones ni reivindicaciones por nuestra parte. Tal era nuestro susto en el cuerpo.
Se planteó públicamente la situación, quizás como lucha antifranquista o contra el Ayuntamiento por no actuar y permitir que las cosas llegaran hasta ese punto de pasividad administrativa en una ciudad sin parques (hoy diríamos inacción urbanística y patrimonial ante nuevas posibilidades de reurbanización de un amplio solar en el casco antiguo consolidado, a cuenta de un traslado y venta de una amplia finca urbana con jardín anexo).

 El Ayuntamiento de Sevilla finalmente compró, canjeó, compensó… el conjunto a la inmobiliaria (el cartel promocional aún duró varios años colgado en la portada de acceso por la Ronda). Se restauraron los paños de muralla y los cubos y torreones, se hicieron catas y prospecciones arqueológicas, se limpió y revegetó el parque, se cortaron algunos eucaliptos gigantes, se separó el espacio edificado y la iglesia del parque y se hizo accesible y visitable por todos, abriendo algunos huecos de la pared de la Ronda.

Más adelante (año 2000) se derribó este amplio, alto y grueso muro para sustituirlo por un vallado metálico que le da transparencia al jardín, ofrece una bella perspectiva con la muralla del fondo y garantiza seguridad a los ciudadanos.
Pusieron también unas cerámicas reconociendo la labor de grupos ecologistas, pero ya los de otra camada o generación, no los protagonistas de esta historia. (Tampoco la buscamos).
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FIN DE LA HISTORIA noviembre de 2012, 35 años después.

martes, 18 de diciembre de 2012

Un Diciembre-2012 Cañero

Ha pasado un año desde que el Partido Popular, cual lobo (especie depredadora por naturaleza), enseñara sus garras ideológicas  y pusiera en acción sus estrategias de manada para el acoso y derribo de sus pacíficas presas. Éstas no hacen más que vivir, trabajar, procrear, adiestrarse, arroparse ante las adversidades y, en unión y compaña, capear los temporales que caigan.

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Siguiendo esta línea de discurso recién inspirado, recuerdo en mis primeros estudios biológicos sobre el proceso de la especiación biológica y su evolución, que había dos teorías. Por supuesto la más asentada, demostrada y patente, además de mediatizada, es la darwinista (hoy neodarwinista con los avances de la genética, ADN...). Pero había otra, como derivada de la anterior pero muy analizada y repensada, que quería individualizarse sin mucho éxito, sobre todo porque se defendía desde un punto de vista socio-político. Era la del APOYO MUTUO. La defendía en el s.XIX un político anarcosindicalista, naturalista y geógrafo ruso llamado Piotr Kropotkin, autor de "La Conquista del Pan", lectura recomendable junto a su teoría mencionada. Se basaba en que en las especies animales, incluida la humana, predominaba el altruismo y la colaboración para la supervivencia (luego cultura, progreso...) y que proporcionaba el mismo éxito que la lucha por la supervivencia.

Es evidente que las especies animales, tanto las protegidas por ley por su escasez y rareza, como las abundantes y cosmopolitas, poco tienen que hacer ante la función depredadora y degradadora de la industria y el desarrollo antrópico. Pero lo que sí que tiene la especie humana -y muy arraigado- es este concepto kropotkiniano: la solidaridad, el apoyo mutuo, la colaboración entre los débiles y necesitados.

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Ahora con la crisis actual, y volviendo al primer párrafo introductorio y objetivo e este artículo, frente a la degradación social y la pérdida de derechos adquiridos por las sociedades desarrolladas, no cabe más que LA UNIÓN, LA SOLIDARIDAD, EL APOYO MUTUO, LA COLABORACIÓN humana, ya que desde las administraciones occidentales se ha desatado una tormenta contra el pretendido BIENESTAR social, adquirido indiscutiblemente desde hace 150 años gracias a los movimientos sindicales. Pese a quien pese, las conquistas sociales no han venido sino por ese camino, catapultadas por el desarrollo científico (2ª parte del objetivo de este artículo).

  
¿Cómo es posible que Rajoy y sus secuaces en un año (se cumplió ayer el 1º aniversario de la toma de posesión del gobierno PP) haya llegado a tanto en tan poco tiempo y en contra de su programa electoral? Es sabido que poco rastro hay de él en el BOE que, como decía el reaccionario A. Guerra, "el poder se expresa en las páginas del boe", ahora en minúsculas. Gobiernan aquí como los tecnócratas impuestos por la OCDE y FMI de Italia y Grecia, sin PROGRAMA ELECTORAL QUE LES RESPALDE.






Aquí tenemos el interés científico del Gobierno del PP, en cifras y tiempo, por cierto, donde los del Psoe ya mostraban sus flaquezas en lo que se refiere a inversión pública y protección de la investigación en España.








En relación con los restantes países de la UE, es sabido que estamo en el furgón de cola de la inversión presupuestaria en relación al PIB (por cierto, indicador que se pretende ir superando por el nuevo Índice de Desarrollo Humano"). La gráfica que sigue es bastante indicadora de la realidad y que traspasada a nuestros jóvenes, hijos, profesionales bien formados y educados hace años, delata el 56% de paro juvenil que soporta nuestra sociedad y los mayores índices de emigración hacia otros países.


Pues como dice el pueblo llano: "si quieres caldo, pues toma dos tazas". La ola de manifestaciones de fines de año coinciden no solo con las retro-reformas del PP, sino también con su aniversario de poder. En este sentido, me decía un amigo jubilado que "ya está llegando esto a un punto que no se quiere perder ninguna de las manifestaciones convocadas contra el gobierno" y eso que antes era poco amigo de ellas.



Para terminar, ruego que se atiendan las numerosas convocatorias de sindicatos, sociedades y Cumbre Social para estas fechas próximas de diciembre, y eso que el diario El Mundo dice que "solo 6 días de aquí a fines de 2012 los madrileños estarán libres de manifestaciones".

BUEN FIN DE AÑO SIN DEJAR LAS MANIFESTACIONES SOLIDARIAS Y DE APOYO MUTUO.