Si tengo tiempo a veces me gusta
releer antiguos artículos para comparar y contrastar las opiniones vertidas
hace algún tiempo con el momento actual. La situación que viven en Grecia nos asusta
tanto como nos apasiona. El de ahora es el día después del OXI popular griego
dando al traste las políticas austericidas de la Troika; el de ayer era un
momento de primeros de marzo de 2015, tras la encuesta del CIS y previo a las
elecciones andaluzas, símbolo de la deslealtad institucional personificada en
Susana Díaz.
Destaco a continuación unas
reflexiones de Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós, miembros
del Consejo de Redacción de SinPermiso, en el 6 de marzo
pasado.
Para empezar, Syriza no fue construido verticalmente como un
partido de jóvenes honoratiores académico-mediáticos, sino que fue el resultado de un largo proceso de decantan de experiencias y deliberaciones políticas, sociales e intelectuales que, iniciado por el sector más inteligente desestalinizado del comunismo griego, terminó abarcando a cuatro generaciones de izquierda, así como a un amplio espectro de persuasiones políticas, que van de la izquierda más cercana al excentroizquierda (incluidos muchos antiguos cuadros y parlamentariod del PASOK) hasta distintas tendencias de la extrema izquierda tradicional y de la nueva izquierda radical ecologista y feminista.
En segundo lugar, Syriza es un partido con gran capilaridad
social, activo en las fábricas, en los barrios, en las universidades y dotado
de una singular capacidad para construir –al modo de la socialdemocracia y el
anarquismo clásicos— una especie de contrasociedad civil que ha resultado de
enorme eficacia, en condiciones de depresión extrema provocada por las
políticas austeritarias, en punto a organizar la autodefensa del bienestar, la
salud, la educación y la seguridad populares.
En tercer lugar, Syriza es la fuerza política con mayor influencia
e implantación sindical en un movimiento obrero de gran combatividad (30
huelgas generales en los últimos años).
En cuarto lugar, y por terminar en algún sitio, Syriza tiene una
notable experiencia de gobierno, la más importante, la de la gran Rena Dourou,
la gobernadora del Ática (la mayor provincia griega, en donde vive cerca del
40% de la población). Pero también gobierna numerosos municipios: ni Dourou ni
los alcaldes y concejales de Syriza han puesto nunca la excusa de la UE o del
gobierno central griego para proceder a recortes y privatizaciones salvajes; al
contrario, a diferencia del señor Mas en Cataluña, por ejemplo, han desobedecido sistemáticamente las
órdenes del gobierno central griego, y han impulsado durante años, en la medida
de sus posibilidades, políticas públicas locales o regionales de defensa del
bienestar popular (arrostrando no pocos de ellos procesos judiciales por
desobediencia).
Pues bien ese día después del OXI
griego se deviene con la ejemplar dimisión del irrespetuoso Yanis Varoufakis.
Sí, para disipar dudas y abrir puentes. El que decía que Atenas ya había
cruzado demasiadas líneas rojas y el mismo que ha dicho fuerte y claro que los
financieros y negociadores de la Troika son terroristas (ver el enlace de una
entrevista que no tiene desperdicio o el fichero adjunto). Pero esta dimisión,
que le dignifica aún más, es a pesar de que han ganado ampliamente en la
consulta del gobierno de Syriza. Deja paso a otro negociador para seguir de
diputado y, esperamos, sin pelos en la lengua.
¡¡¡ Mis Saludos Yanis, amigo!!!
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