miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cumbre del Clima en París y otras cuestiones

Trato de cohesionar unas cuantas reflexiones a tenor de la cumbre del clima finalizada este fin de semana en París. 

La caída del precio del barril de petróleo crudo –hasta los 33,6€ como en 2008 en otra caída memorable- conlleva la bajada en picado de las principales empresas energéticas dependientes del mismo, toda vez que aumentan en bolsa las denominadas “renovables”. Conviene recordar que estas compras de ayer, lunes 14, serán servidas más adelante, como los productos que hoy se sirven proceden de las producciones compradas hace unos 6 meses.

En una entrevista en la TV regional de hace unos años, a pie de gasolinera y en plena subida de precios, respondía que "ese incremento podría entenderse si cuando hubiera bajadas se notara sensiblemente por parte de los usuarios. Y que las empresas petroleras son de las de mayor influencia mundial tanto en lo económico como en la generación de conflictos bélicos".

También sabemos que la mitad del importe pagado por litro de combustible va a impuestos al estado y que nuestra dependencia supera el noventa y pico por ciento.

Por fin llegó y terminó la Cumbre del Clima de París, con diversidad de opiniones en cuanto a resultados. Unos (tecnócratas con posiciones gubernamentales) dicen que se ha conseguido: a) aunar posiciones y firma de la mayoría de los países participantes sobre contener el calentamiento global en menos de 1,5ºC hasta fin de siglo; b) acuerdo internacional de que estamos ante un problema mundial que requiere la cooperación de todos los países, incluido China, EEUU; c) que 100.000 M$ se destinen para financiación, a partir de 2020, a los países más pobres; y d) celebración de reuniones cada cinco años para revisar y actualizar objetivos con tendencia a “cero emisiones”.


Otros, más exigentes ante la situación climática y más combativos socialmente, opinan que se ha perdido una oportunidad por la ausencia de sanciones ante los posible incumplimientos y que la descarbonización no está implícitamente asumida, hecho fundamental.



A nivel de casa, por ejemplo en la comunidad regional de Andalucía pues en otras nada de nada, los objetivos ambiciosos de hace dos años de impulsar el Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) se han dado al traste, con lo que ellos supone de cambio en las políticas de movilidad. Los presupuestos de Susana Díaz y el consejero Jesús Huertas han dejado al mínimo los compromisos presupuestarios con sólo 15 M€ para 2016, lo que hace ineficaz la senda abierta y los planes conveniados con muchos municipios, especialmente los de las grande Aglomeraciones Urbanas.


O sea, un pasito adelante y dos para atrás.

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