domingo, 24 de diciembre de 2017

De apolíticos y/o gente consciente

Existe en nuestra sociedad actual, como posos activos del franquismo, una mala conciencia y fama sobre lo político y los políticos.

Sobre los últimos, o personajes que viven pertrechados casi toda su vida en el cargo más o menos representativo y dedicados a esto en cuerpo y alma -si la tuvieran- no voy a hablar en esta entrada. Y me refiero a los que se pasan toda su vida de diputado como Francisco Macías, o algunos alcaldes -escasos, por cierto- que llevan 3-5 mandatos en ayuntamientos como en Llerena. Estos los dejamos para otra ocasión.

Me voy a referir a la actitud y al estado político de las personas y las gentes, el atributo que los hace ciudadanos y, en definitiva, partícipes de la vida social y gestores en buena medida de su presencia vital. Porque tener una conducta pasiva, oscura, apartada, contraria, alejada... de las cosas que pasan o que nos llegan o que nos imponen es, cuando menos tan irreal como insolidaria.

¿Acaso se entiende que no votar en las elecciones no es una actitud política, partiendo de que es un derecho? ¿Las conductas ciudadanas que se dejan arrollar ante el  "laissez faire" de los tecnócratas y de los políticos profesionales, no son comportamientos políticos, pero eso sí, la pura degradación de la participación y de la tarea común o de la comunidad? ¿Los comportamientos de pasividad ante todo, que lo trabajen, propongan, analicen, soluciones... los demás mientras yo luego paso a la crítica, no es un política de la peor especie y reaccionaria?

Puestos estos antecedentes paso a criticar actitudes como las vividas en meses pasados -y los que vengan- sobre la lucha por unas comunicaciones ferroviarias sociales y adecuadas a las necesidades actuales en Extremadura. O sea un tren público y social. Lo de sostenible lo dejamos para otra ocasión, que es mucho pedir. 

En este debate alimentado por el gobierno socialista extremeño en constante campaña electoral regional y contra Madrid si es de otro color "político", han surgido otros grupos -que no movimientos- que dicen luchar por el tren, por ejemplo desde el mundo de la farándula (¡!) con dos objetivos y focos: demandar mejor tren (yo creo que demandan AVE y punto) y proclamar su apoliticismo (¡¡¡!!!). Es que el tren y todo el transporte ferroviario, como modelo de comunicación de personas y mercancías, como parte importante de presupuestos, inversiones, obras, afección al territorio... PUEDE SER APOLÍTICO?


Si bien la cosa va de alucine, existe la personificación de ese ente o agrupación "apolítica" que se hacen llamar MILANA BONITA.  Por supuesto, sabiendo moverse en los medios, enviando mensajes acertados y cogiendo los eslóganes del poder, que no son desacertados sino con carga de asesores y de financiación. Porque, ¿no es político también llevar y trasladar a Madrid a buena parte de la población extremeña, con traslados pagados con fondos públicos, para demandar ante el gobierno de la capital demandas ferroviarias que ellos han sido claramente responsables de la situación?.

Todo ello  con el velo continuado y constante de posiciones y defensas de posiciones claramente de derechas.

Otros, como el Movimiento por el Tren Ruta de la Plata, que lucha por su Reapertura, que se opone al Levantamientos de Vías y que defiende el modelo de un Tren Convencional a punto y decente, a ser posible de altas Prestaciones, NOS DECLARAMOS SOCIALES Y, DESDE LUEGO, POLÍTICOS. 

Para enlazar con este pensamiento y actitud vital, traigo unos párrafos de un libro que releo después de años, del admirado poeta Machado en su referente Juan de Mairena, cuando dice:

La política, señores -sigue hablando Mairena- es una actividad importantísima... Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros y, naturalmente, contra vosotros. Sólo me atrevo a aconsejaros que la hagáis a cara descubierta; en el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa; por ejemplo de literatura, de filosofía, de religión. Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes, por lo menos, como la política, y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos nunca entendernos.
Y a quien os eche en cara vuestros pocos años bien podéis responderle que la política no ha de ser, necesariamente, cosa de viejos. Hay movimientos políticos que tienen su punto de arranque en una justificada rebelión de menores contra la inepcia de los sedicentes padres de la patria... 



Aquí tenemos, pues una visión general de la política por A. Machado, el maestro. Y que yo aplico al TREN, con mayúsculas.

Salud



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