jueves, 24 de marzo de 2011

El Plan General que se nos viene encima (4 de 6) -de Llerena-

Las Propuestas de I.U. para el Catálogo de Elementos de Protección.

En este artículo se especifican una serie de propuestas que nuestro grupo ha ido realizando durante la tramitación del Plan, todas ellas con el fin de completar y "restaurar" las notables deficiencias que los redactores y el PsoE incluían en el Plan.

Algunas de ellas se han ido incorporando en la fase del Informe de Alegaciones propuesto por el equipo y aprobado por el Ayuntamiento. Cabe incorporar aquí la que hizo Julio Galindo y Lola Muñoz para la consideración del conjunto de Bujardas en olivares y la Sierra de San Miguel. (propuesta aceptada)

Las propuestas por I.U. son las siguientes:

La catalogación de edificios, elementos y bienes resulta una estrategia obligada desde la legislación de patrimonio y como forma de divulgación y protección de cada uno de ellos. Por eso la oportunidad del Plan debe recoger como marco de referencia municipal todos los valores e inmuebles conocidos.

Si bien desde el primer documento de abril de 2008 hasta el presentado para Aprobación Inicial hay un salto cuantitativo más que cualitativo en las descripciones, con la incorporación de numerosas fincas e inmuebles, las personas y entidades preocupados del patrimonio echan en falta bastante más. Izquierda Unida, con el ánimo de completar esta realidad compleja aporta para su catalogación una serie de inmuebles de reconocido valor histórico e industrial de la localidad y del término.

6.1.- Horno de Ladrillos en Paseo de Cieza


La población de Llerena contaba hace unos treinta años con al menos 4 hornos de ladrillo, industria autóctona que abastecía la demanda en la comarca. Se localizaban en solar de la actual Estación de Autobuses, en la C/ Ladrillos esquina C/ Ejidos, el Horno de San Nicolás en el Arco de Caperuza y éste del Paseo de Cieza, que también fabricaba tejas.
 
La posición urbana y la falta de competencia ante las industrias especializadas de Jaén y Valencia, ocasionaron su abandono como fábrica local hace unas cuatro décadas. Se trata de incluir este horno de ladrillos como elemento singular de protección en el y Catálogo urbano, como último elemento industrial en el casco histórico.

El plan propone un uso residencial bajo una tipología edificatoria EMA-1-II-RP, sin diferenciar zonas concretas ni salvedades históricas, pero no su catalogación

Este amplio solar, de unos 4.220 m2, permitía las operaciones necesarias de acopio de arcillas frecuentes en la periferia urbana, preparación del barro, pisadero y amasado, recortado, secado y, posteriormente, el horneado en su interior a 800-1.000ºC, para después almacenado y venta final.



Tiene en su centro una construcción con un amplio horno central con 9 bocas de trabajo, hornos adosados cubiertos con una estructura efímera y rodeado de espacio de trabajo, en torno a los 800 m2 de ocupación real. Se hacían muchos tipos de ladrillo, aunque era bien conocido el ladrillo macizo grueso. El uso actual es de almacén de materiales para la construcción.

La construcción es abovedada con parrilla central, cenicero inferior, toberas y chimeneas centradas, bocas exteriores


6.2.- Fábrica de harinas INEXA
 
A lo largo de su historia ha pertenecido a una rama familiar concreta, iniciándose con D. Ramón Coll en 1908 al pié de las instalaciones ferroviarias desde las que se aportaban las materias primas. Durante décadas se consideró una industria potente en sus instalaciones, emergente en sus iniciativas y de calidad en sus productos, siendo una referencia social e industrial –la única- de la localidad.

 (Lateral con dos plantas de la fábrica )


Es un edificio de planta poligonal con distintos cuerpos y alturas que alcanza cuatro plantas en el cuerpo principal, además de estructuras elevadoras, fosos, etc. Tiene estructura de metálica y de madera, con muros de ladrillo a cara vista, llagueado, que arrancan desde el suelo, y huecos de luz verticales acristalados rectangulares, rematados por cornisas y salientes de la cubierta, que es de fuerte inclinación y teja plana, desde la que salen numerosas chimeneas metálicas de ventilación.

El interior de la fábrica, de unos 2.000 m2 construidos, se distribuye de acuerdo con las funciones fabriles, estableciéndose espacios para energía motriz, almacenamiento de trigo, molienda, cribado, cernido y aspiración general, distribuidos a lo largo de sus instalaciones que cuenta todavía con alguna maquinaria.


En una de las últimas modernizaciones en 1965 en la que se construyó el silo-torre, además de aspiradoras, despuntadoras, hidrolavadoras, triarvejones, cernidores, dosificadores, etc se instalaron los plansichter que recibían los productos de los molinos, clasificándolos y enviándolos unos a los sasores que clasificaban las sémolas y otros a distintas máquinas para su terminación.

(Zona central de instalaciones y naves)

Su actividad ha durado hasta hace poco más de una década con la suspensión de pagos empresarial y el cierre de la fábrica, hipotecas bancarias y expedientes de despidos, subastas judiciales de los inmuebles y posterior abandono progresivo.



No obstante, la calidad y robustez de las construcciones además de su emplazamiento y comunicaciones ofrecen en la actualidad numerosas alternativas y potencialidades de usos,  preferentemente dotacionales con amplias posibilidades de recuperación. El Plan lo incluye en una manzana con tipología ETE-II-TH-TR-TO (Terciario Hotelero, Oficinas y Recreativo) sin considerarlo edificio catalogado.



6.3.- 26 industrias harineras en la Ribera de Los Molinos 

El Plan incluye en su catálogo al primer molino existente en la Barriada homónima, sita en el diseminado de huerta entre Valdelahoya y el Canchal, por lo que procede, para garantizar la conservación de este conjunto, englobar a los 26 restantes.
 
Dado que se especifica en la normativa urbanística el desarrollo de un Plan Especial de Protección a este enclave rústico, en las acciones e intervenciones de conservación del patrimonio son fundamentales los molinos y sus infraestructuras asociadas, aún y a pesar de que bastantes de ellos han sido transformados, la ordenación y las actuaciones derivadas tienen en estas edificaciones un soporte fundamental. La actividad de ocio y festiva de los llerenenses incluyen a esta ribera como lugar preferente, donde la administración viene invirtiendo importantes recursos económicos.

La escalera de molinos de factura eminentemente árabe, pero de origen posiblemente romano, aprovechaba tanto el fuerte desnivel del terreno natural como la abundancia de agua procedente del manantial de La Madrona. Este amplio diseminado, con graves problemas de sequía a partir de las extracciones de agua para abastecimiento urbano en los años 70, incluía numerosas huertas, a veces adosadas a los propios molinos, que en número de 27 se escalonaban entre la citada Madrona al norte y la finca de La Morolla al sur, cuando confluye la Ribera de Villamartín.
(Se adjunta principales características dimensionales, realizados y tomados en campo por el autor en 1974 ).

 
6.4.- Horno de Cal de Buenavista 


Como en el caso de los molinos o las ladrilleras de Llerena, los hornos de cal, si no abundantes, eran una industria frecuente y asociada a la construcción y al decoro de las viviendas, específicamente para los encalados exteriores.

El proceso industrial y mecanización de las tareas de fabricación, además de la especialización de otras comarcas peninsulares, como Valencia, Morón, etc, provocó desde mediados del s.XX su abandono definitivo, a pesar de la calidad de las calizas de nuestras sierras.

Aún perdura en nuestro término, una vez destruidos hace menos de un lustro los hornos del Ejido y de Las Mojeas, éste de Buenavista con factura circular exterior de ladrillos. Se encuentra en el Pié de la Sierra ( Pol 14, parcela nº 34 con 0.61 ha) en finca de olivar
 


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De estas propuestas fueron aceptadas e incorporadas al Catálogo Final, en las Comisiones y plenos correspondientes, tres de ellas, quedando fuera la Fábrica de Ladrillos y Tejas del Paseo de Cieza. Quizás sea la de mayor repercusión urbanística, al estar incorporada a la trama urbana y ser localización ideal para equipamientos, dotaciones y zona verde singular con el horno de nueve bocas, reliquia de la ciudad.

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