viernes, 24 de diciembre de 2010

Por unas de las gestiones comarcanas en Medio Ambiente, Turismo...

De nuevo otra de mis intervenciones en la Revista de Fiestas de Reina del verano de 2009, en la que abogo por una serie de competencias que bien podrían cederse a las administraciones comarcales y locales, como son las del turismo, protección de la naturaleza y medio ambiente, etc. En base a una serie de ejemplos trato de argumentar que desde el ámbito local es mucho lo que se puede hacer por el medio ambiente, el turismo, la educación vial, la protección del medio ambiente, etc, y que, desgraciadamente, en nuestros ayuntamientos se piensa que es tarea de otros...

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Vayamos de lo singular a lo general.


El pasado 13 de junio, fecha de festividades donde las haya, me encontraba saliendo del centro de Azuaga, después de la siesta para el campo, cuando veo una avecilla o cría de avión común (1) en medio de la calle. La temperatura a la sombra podría ser de 42ºC, pero eso sí, tras largas horas de una verdadera flama que lo desecaba todo.
Por mi experiencia otras veces, esta cría recién escapada de su nido con notables boqueras aún, tras cogerla cuidadosamente entre los dedos de una mano para que no forcejee y con la otra chorreando agua entre los dedos, el animalito atiende y aprovecha la oportunidad de beber ansiosamente, de forma que, ya repuesto tras un rato, me decido a lanzarlo al aire en la plaza, abierta y llena de bullicio de sus propios congéneres. Parece que la operación tuvo éxito y el avión salió “a flote”.

Pero cuál fue mi sorpresa que, cien metros más allá me cruzo en la calle con otro avión
común (sabemos que, junto a las golondrinas y vencejos, al comenzar el verano vuelven en amplias y agrupadas formaciones migradoras a África), pero éste mucho más jóven, tal como lo delataban sus amplias boqueras. Pienso en dos causas: a) el calor del nido junto a los otros polluelos lo ha lanzado o empujado antes de tiempo, o b) en el nido los parásitos han hecho que saltara prematuramente. Lo analizo cuidadosamente pero apenas unos ácaros, nada especial. Procedo como antes a darle de beber pero sin éxito, o por lo menos no lo convenzo. Capturo unas hormigas y se las aproximo a las boqueras y captura dos de ellas. Tras un rato procedo de igual forma, pero el avión cae de nuevo a la calle. Otro intento y nada, por lo que hay poca cosa que hacer y decido dejarlo en un espacio ajardinado.

Es sabido que las aves insectívoras (2) están protegidas por la ley extremeña y nacional, de forma que deben favorecerse sus hábitats, áreas de nidificación e incluso los propios individuos. Evitar la nidificación en edificios es una cosa, pero cegarlos o derribarlos otra bien distinta. Así, la restauración de las murallas en Llerena en años pasados es un mal ejemplo, ya que se podían haber compatibilizado ambas cosas pero los responsables y los restauradores, sin otros técnicos ambientales que apoyaran el proyecto, no pueden completar ambos fines. Igualmente se podría decir de las restauraciones y consolidaciones en la Alcazaba de Reina. Evitar palomas y favorecer estas insectívoras o los cernícalos primillas son buenas alternativas.

Sigamos con las particularidades

En julio de 2007, presenté en el Ayuntamiento de Llerena una Propuesta-Moción para evitar la expansión de la “grafiosis” de los olmos (álamos negros) del Parque de la Constitución o Paseo del Progreso. Poco a poco se iban muriendo sin actuación municipal que detuviera esta enfermedad que transmite y acelera un parásito llamado “galeruca”, que defolia y seca las hojas. Había que abatir y arrancar de raíz los cuatro ejemplares que, haciendo esquina en Las Ollerías, amenazaban con su contagio a toda la importante y majestuosa olmeda del parque. Actualmente, ya se vienen haciendo tratamientos sanitarios desde el ayuntamiento, o sea, una medida protectora y positiva para este espacio ajardinado; pero no se ha intervenido en otras olmedas urbanas, públicas o privadas, con lo que acabarán por desaparecer del todo.

Partiendo del inmenso valor patrimonial y paisajístico de los olmos y olmedas (3) que existen en todos nuestros pueblos, ribazos, huertas, arroyos, etc, sin embargo se carece de una política autonómica de protección y tratamiento ante la situación de estas enfermedades y plagas que les afectan de una manera letal. Son conocidas en la comarca amplias olmedas desaparecidas -o casi- como la Viña del Sastre, Martiani, Corbacha, El Caño, La Bodega del Cristo, Pencón, Cantalgallo, etc sobre las que nada se ha hecho, toda vez que los dueños poco percibían de la madera, ya que la demanda para su comercialización está ausente hace décadas. Los contaminantes, fitosanitarios y operaciones agrícolas les han dado la puntilla con fuertes desequilibrios naturales.
Este desastre ecológico de desaparición de olmedas tiene dimensión nacional y deben hacerse los esfuerzos pertinentes para su investigación y/o protección. Qué duda cabe que la administración pública debe llegar tanto a los detalles de los problemas, como a las localizaciones más alejadas.

Y finalmente la tercera particularidad.

El turismo rural y deportivo tiene cada vez más importancia, reconociéndosele un papel significado y novedoso, tanto en los equipamientos como en la difusión de las comarcas y regiones, aunque las iniciativas han venido frecuentemente desde arriba y escasamente surgen de forma natural. Así, los senderos o rutas turísticas se plantean y luego escasamente se afianzan, habida cuenta de la falta de participación pública e identificación de los habitantes de la zona.
Dos ejemplos ilustran y contrastan esta percepción: la ruta del Rey Jayón, que pasa por Reina, ha adquirido carta de continuidad gracias a la perseverancia de grupos senderistas contando con apoyos oficiales; por el contrario, la ruta al Molino de Hilo (4) del Bembézar en Azuaga -amplia y exagerada infraestructura del XVIII-, se puso en marcha por el Ayuntamiento en los 90 para decaer años después sin que se haya recuperado, a pesar de la aceptación popular. Igualmente, otras rutas e itinerarios como la de la Vía Estrecha o la de la histórica Columna de los 8.000 (5) en el límite sureste del término, van quedando en el olvido, incluso para Reina y Fuente del Arco.


En este punto dejamos estas tres singularidades (olmedas, aves y turismo) puestas como ejemplos básicos

Pasamos a un ámbito más general.
La política regional viene dando, desde la Consejería de Desarrollo Rural, ciertas atribuciones a las comarcas y sus estructuras administrativas, las Mancomunidades. Es decir, una nueva administración que se suma a la regional o la europea sin que otras ya existentes decaigan. El principio de acercamiento a los ciudadanos bien debe atribuirse a esta nueva administración comarcal, como ya viene haciéndose en temas tales como Aguas, Servicios Sociales de Base, Apoyos en Urbanismo y Vivienda, Guardería Rural, etc. No se trata de duplicar competencias sino cederlas para una mejor gestión. Y es aquí donde confluye mi propuesta concreta que se basa en el fomento y actuación –aprovechando esta nueva administración comarcana- de ciertas competencias supramunicipales.
Estoy hablando lógicamente a nivel de propuesta, pero más que justificadas ya que la administración regional queda lejos y la local se topa con diferentes visiones y complejos competenciales. Es decir:
  1. El paisaje debe ser tratado, analizado y protegido desde una perspectiva supralocal y a la vez con valores identitarios, como puedan ser las olmedas, riberas, estepas, etc., pero con iniciativas concretas
  2. Las edificaciones históricas –y las cortijadas sin uso- tienen que formar parte de redes concretas que favorezcan el turismo y creen nuevos recursos propios (endógenos que se llaman).
  3. La protección de la flora y fauna, obligaciones legales que hay que asumir de una vez, debe ser manejada desde la cercanía pero sin localismos.
  4. En fin, unas ideas y propuestas que estoy dispuesto a seguir defendiendo y ampliando en el futuro.

Juan E. Mena Cabezas (Biólogo y Técnico Agrícola).
Llerena, 24-06- 2009

(1) Se diferencian de las golondrinas en que el obispillo (inicio de la cola) y gorguera (cuello) de los aviones son blancos, además de que aquellas tienen una cola típicamente ahorquillada y sus nidos son más abiertos y abalconados.

(2) Los Aviones Comunes (Delichon urbica), aves  pertenecientes a la familia de los Hirundinidos junto a las golondrinas, están protegidos dentro de la categoría de “Interés Especial” por el Decreto 31/2001 de especies protegidas de Extremadura. Como referencia comparativa, decir que en la categoría de “Peligro de extinción” están la Cigüeña Negra y el Águila Imperial, en la categoría de “Sensible a la alteración de su hábitat” se encuentran el Buitre Negro y el Aguilucho Cenizo y en la categoría de “Vulnerables” los Sisones y Avutardas, especies éstas que justifican en parte la Zepa Campiña Sur.
(3) Curiosamente, el decreto antes citado no incluye el Ulmus  minor (árbol robusto y de hojas grandes) como especie protegida, ni como hábitat de interés comunitario, aunque queda fuera de toda duda su interés patrimonial y paisajístico (ver Machado y sus olmos). Actualmente en jardinería se usa frecuentemente el Ulmus pumila, menos robusto y nada majestuoso, de ramas alargadas pero, eso sí, casi resistente a la grafiosis.
(4) Ver “Actas IV Jornadas e Historia en Llerena, 2003”, págs 381-398, artículo del autor.
(5) Ver “Actas VI Jornadas e Historia en Llerena, 2005”, págs 303-326, artículo del autor.

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