jueves, 23 de diciembre de 2010

TRASIERRA Y LOS NUEVOS RETOS MEDIOAMBIENTALES

En este artículo para la revista de fiestas de San Antonio de 2005, en Trasierra, continuador de otro del año anterior, trataba de facilitar la vía y allanar el camino sobre la necesidad de protecciones específicas de medios naturales sobresalientes en la comarca. No sólo por su realidad y evidencia (con acciones de particulares y la propia administración en espacios y especies concretas) sino para, desde la municipalidad, obtener réditos futuros en base a lo que a la protección medioambiental se refiere.

Tanto el nuevo ayuntamiento como los anteriores en nada han cambiado su posición al respecto, sino que lejos de "verlas venir y apuntarse al carro" y explorar nuevas vías de crecimiento, desarrollo y promoción, más bien "las ven pasar, sin nada hacer".

Lejos de profetizar nada, ...ahora, con el horizonte de Reforma de la PAC para 2013, puede que se echen en falta muchos más espacios protegidos y acciones positivas con la naturaleza en el ámbito agrario.

Este es el artículo que se me publicó:

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El año pasado en la revista de Fiestas Patronales (págs26-29) planteaba a los traserreños la oportunidad y posibilidad para declarar un espacio natural protegido que incluyera nuestras sierras. Incluso en la página web municipal se manifiesta como un valor y atracción.
Supondría tal consideración que dos tercios del municipio, unas 1500 ha., cambiarían hacia un régimen especial que garantice la conservación del medio ante posibles deterioros o degradaciones ambientales, a la vez que se abrirían un conjunto de beneficios. Entre ellos, y quizás uno de los más importantes, sería el aseguramiento de ayudas comunitarias o estatales. Estamos por ver en un futuro próximo lo que precisamente no deja de advertirse hace muy pocos años: todo lo que en el medio rural no tenga una función protectora y compatible con la naturaleza, no sólo podrá prohibirse sino que, muy posiblemente, quedará fuera de subvenciones.


Hay muchos ejemplos sobre la toma en consideración de este objetivo general en los pueblos extremeños. Comencemos por uno próximo y luego continuamos por otros más lejanos.
Ø      En Trasierra se sabe y reconoce como un hecho ampliamente positivo la declaración de Monumento Natural a La Mina La Jayona. Se ha pasado en unos años de ser un vertedero de animales y de tener un proceso natural de relleno por derribos a exponerse toda una riqueza natural en una mina abandonada. Sin duda el mérito hay que reconocerselo a los servicios medioambientales extremeños. Diríamos que, casi por arte de magia, Fuente del Arco ha  pasado a primer plano en el mapa regional. Existe un reconocimiento actual, real y objetivo de su municipio. Ocupa ahora un primer puesto en el espacio ambiental extremeño. Esto además de constituir un punto preferente de inversiones desde la administración, siendo en la práctica todo un sumidero de puestos de trabajo, de obras de mantenimiento y tareas de difusión, aparecen nuevos negocios de restauración y hostelería, etc.

Ø      Para el resto de Extremadura tenemos unos datos también recientes, propios de la actualidad del tema, que complementa la red regional ya protegida. El pasado 26 de noviembre de 2004 se aprobó esta propuesta de espacio natural (Paisaje Protegido) en el Ayuntamiento de Llerena y se elevó a la Junta. En Plasencia ha sido declarado en marzo pasado un nuevo Paisaje Protegido en la dehesa de alcornoques de “Valcorchero”. En Cabeza La Vaca, se ha declarado Parque Periurbano al lugar conocido como “Pisa Caballo”. En Azuaga han sido declarados en 2004 dos espacios, un Corredor Ecológico al “Río Bembézar” y un Parque Periurbano en “La Sierra”. En fin, ...el que no corre vuela.

Ø En concreto, la gran aportación de Trasierra podría ser su feraz paisaje, sus crestones cuarcíticos, la presencia de aves protegidas nidificantes en el término, nada más y nada menos que el Águila perdicera, el anticlinal de San Bernardo, el rosario de fuentes, etc.



Es decir, territorios donde, gracias a los valores naturales, culturales y paisajísticos, tienen una consideración especial y forman parte de una red coherente en su finalidad (conservación del entorno) y activa en sus recursos (promoviendo mejor sus productos y valores).


Es un hecho cierto que cada pueblo se manifiesta de formas bien distintas, que tiene sus propias alternativas, pero también que este recurso medioambiental está por explotar en Trasierra. Hay que buscarle alternativas económicas a aquellas características locales que entonces apuntaba: la formación geológica monumental de Los Guijos, las crestas de San Bernardo y San Cristóbal, las manchas de monte, etc. además de el encanto de sus calles y casas.


Un espacio natural en estas sierras (paisaje, corredor o monumento) potenciaría una imagen de Trasierra más actual, que la saque de los tópicos ya conocidos y proporcione nuevos recursos e iniciativas. Es en este sentido en el que también se enfoca este amplio espacio natural del sur extremeño de 57.400 ha.

Sus límites, referidos al municipio de Trasierra, serían los siguientes:
Ø      Por el norte, carretera de Las Casas, tierras de Los llanos y El Calvario y olivares de la solana de San Bernardo.
Ø      Por el este, San Bernardo, Barrilejos, Puerto Chico y término de Llerena,
Ø      Por el sur, río Viar y término de La Puebla, y
Ø      Por el oeste, término de Fuente del Arco y Reina.
Ø      En lo que respecta a la población, se trataría en el borde norte de excluir tanto los suelos urbanos como de una periferia razonable de cultivos y olivares sin interés ambiental, como la sierra de Las Casas.


Es natural que esa declaración conlleve una efectiva protección, cómo no. Su regulación quedaría completada mediante una serie de determinaciones legales. Éstas ya se verán entre todos, pues un espacio natural tiene una normativa específica en torno a su Plan de Ordenación, en el que es precisa y necesaria la participación. Pero, además, se tratará de perfilar dentro del Paisaje Protegido o el Corredor Natural que se declare, aquellas cuestiones de verdadero y justificado interés que afecten al manejo de las explotaciones existentes o al uso del territorio.

Pongo una serie de cuestiones o ejemplos muy claros para que se entiendan que las regulaciones ya existentes  afectan a todo el suelo rústico y pocas serían las novedosas:
Ø      Los periodos de caza y pesca son los que son, regulados anualmente.
Ø      Las especies cazables están determinadas hace años, salvo excepciones para la zona u otras que puedan incorporarse justificadamente. Igualmente las ya protegidas que hay que preservar entre todos.
Ø      El manejo del encinar está ya muy reglamentado en lo que se refiere a fuegos, cortas de ramas, laboreo en pendientes, repoblaciones, roza del monte, etc.
Ø      Los tratamientos sanitarios vegetales o animales están muy regulados en lo que se refiere a productos autorizados por su peligrosidad, persistencia en el medio, etc. Así, por ejemplo, se han prohibido muchos productos químicos considerados perniciosos. El caso más reciente, que muy bien comprenden los agricultores, son las simazinas en los olivares. Ahora hay que emplear otros de menos peligrosidad, de forma que tras los arrastres de las lluvias aún permitan potabilizar las aguas.
Ø      Hace años que las construcciones, pistas, obras... deben cumplir unas condiciones ambientales que no atenten al medio natural, a la propia estética y al medio físico.

¿Qué aportaciones o limitaciones tendrá un espacio natural en nuestro municipio?. En cuanto a éstas últimas, relativamente pocas, pues todo está ya más que regulado, salvo que su cumplimiento y observancia serían, en coherencia lógica, más precisas. Con respecto a las aportaciones o beneficios ha de tenerse una cosa muy clara ya comentada: en los años próximos la reducción de ayudas comunitarias (salvo las que quiera dar el Estado o la Junta... que nos las suponemos) será un hecho patente, a excepción de aquellos lugares o territorios comprometidos con la conservación del medio ambiente. Debemos sacarle más partido ambiental y beneficios turísticos a esto que estamos acostumbrados y no nos resulta novedoso, pero que sin duda es un reclamo espectacular: el bosque mediterráneo y su paisaje de dehesas. Un ejemplo muy simple: si tuviéramos un negocio para montar y disponemos del solar y el edificio, démosles una dedicación digna y adecuada, con actividad de futuro.

No dudo de las buenas actitudes que puedan tener los habitantes y protagonistas del municipio de Trasierra (que cuenta con 2.300 ha de término de las que un 60% son pastos y encinas), para aceptar o promover esta propuesta de declaración dentro de algunas de las figuras existentes en la Ley de Conservación de la Naturaleza de Extremadura. Se trata de tomar opción de futuro sobre la mitad serrana del municipio. Es algo como decir: “nuevos tiempos corren”, o “no hay que perder el tren”, o mejor ver la “botella medio llena y no medio vacía”.

La propuesta que está sobre la mesa, los ayuntamientos deben ratificarla y hacerla suya, y ha de llegar clara y consensuada a la administración de Medio Ambiente. Ésta, y con razones fundadas, pretende evitar confrontaciones e imposiciones. La petición ha de llegar clara y contundente: unos territorios bien delimitados en su perímetro y con unas determinaciones legales a cumplir.

Sin duda hace falta un debate y un posicionamiento claro, donde se vea y quede clara la oportunidad. Conste que tampoco nuestras tierras son Doñana o Montfragüe, auténticos referentes ambientales. No. Pero la valoración ambiental es objetiva, todos lo sabemos. Además, somos linderos de unas sierras que, exactamente igual a las nuestras porque son las mismas montañas con los mismos usos, fueron declaradas por la Unión Europea  como RESERVA DE LA BIOSFERA, a propuesta de la Junta de Andalucía, claro. Algo así como campeones mundiales en valor ecológico. ¿Porqué no las nuestras que son iguales?

En beneficio de todos y de nuestro medio ambiente comarcal, no perdamos el tren por llegar tarde a su paso.

Juan E. Mena Cabezas.
Ing. Técnico Agrícola y Biólogo.


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