viernes, 10 de septiembre de 2010

Mayorga y los moriscos de Hornachos

Fecha/Hora: 24-08-2009 09:13:45

Dejé par el verano de 2009 la lectura de los “Moriscos de Hornachos, condenados por la Inquisición de Llerena y su Rey Filipo III” (como firmante de la orden). Tal como vaticinaban muchos comentarios, este libro, que no se ha presentado en nuestra ciudad, aporta una interesante información del “modus operandi” de la expulsión en masa de 50.000 españoles a la “Berbería”, y sus nefastas consecuencias para la sociedad de entonces. Su lectura me impresionó mucho.

No me resisto a extractar unas frases del chelense Mayorga (en la actualidad prepara otra obra sobre la Inquisición en Llerena) , que bien resumen esta obra:

1.- Introducción.

Nada más mencionar a la Inquisición se produce una extraña reacción de nuestro subconsciente que nos hace pensar en algo prohibido. Nos suena a intolerancia, censura, al recuerdo de una época que mantuvo a los pueblos de Extremadura sumidos en un ambiente de miedo y represión. Las villas manifestaban esta realidad de una forma clara y contundente con el refrán “con el Rey y la Inquisición chitón”, razón más que suficiente para que en las calles de los pueblos extremeños la sumisión y el miedo cabalgasen a sus anchas.

2.- Sentencia histórica y objetiva, que ahora se aplica a otros fundamentalismos.

Los responsables de toda esta intranquilidad en la población fueron los cristianos. Junto a ellos, algunos moriscos convertidos que unidos al tribunal de la Inquisición de Llerena y a la Orden de Santiago formaron el batallón del fanatismo, la incomprensión y la incultura en la España del XVI y XVII.

3.- Edictos y ejecuciones por los que, tras el auto de fe y procesión por las calles de Llerena
Los moriscos de Hornachos iban a su cadalso en las piras preparadas al efecto en el Ejido de las Piedras Baratas, asignado como un quemadero de personas de conciencias impías.

Desde las torres de la Iglesia de Santa María de la Granada, los Inquisidores y otros altos cargos de la Inquisición disfrutaban divisando el espectáculo de fuego que se estaba viviendo en las afueras de Llerena. Todo se hacía en nombre de Dios. Había que purificar el reino, arrancar la mala cizaña y lanzarla a las hogueras.

4.- Descripción del significado humano y social de los expulsados o expelidos.

Vislumbro en mi mente cientos de ojos mirando a la villa de Hornachos, viendo de lejos sus viñas, colmenares, viviendas, huertas y toda su hacienda robada por el rey y los cristianos. Pero lo más terrible sería, escuchar el llanto de la desesperación, de la angustia, del dolor, en definitiva, la falta de respeto promovida por hombres como el Cardenal Cisneros, Reyes Católicos, Felipe II, y todos los demás de su linaje religioso y Real, que rompieron con su misión la convivencia de la España de las Tres culturas.

Epílogo

Como describe y analiza Mayorga en sus últimas páginas, los hornachegos y andaluces ya establecidos e imperando como eficientes corsarios en Salé-Rabat pero siempre pendiente de su vuelta, brindaron a Felipe IV el control del norte de Marruecos. Su único pecado cometido fue, el pensar de forma diferente, toda una tragedia creada por la monarquía y la Iglesia de la época en nombre del Dios de los cristianos. Filipo los enredó y despreció, con fatales consecuencias para la seguridad de nuestras costas, de los navegantes y de las escuadras españolas en su vaivén al nuevo mundo.

Otras notas contextuales:

El gran maestro Cervantes, coetáneo y espectador de estos hechos, nos muestra prudentemente (y quién no) sus visiones y realidades por boca de los protagonistas de El Quijote en varios capítulos (54, 63, 65…). También algunos especialistas nos entresacan esas vivencias analizando la obra cervantina



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