En enero de 2011 también ha reventado nuestro Borbollón, ¡qué cosas!
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Este ciclo hidrológico que finaliza ahora en septiembre de 2010 (comienza en otoño hasta el año siguiente) tuvo una serie de excelencias climatológicas que no se olvidan: desde sequías otoñales pertinaces al comienzo, hasta cuantiosas lluvias invernales (ya casi olvidadas en nuestra memoria por su intensidadel 16-12-2009), y que quedaron rematadas por una cierta sequía primaveral.
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Este ciclo hidrológico que finaliza ahora en septiembre de 2010 (comienza en otoño hasta el año siguiente) tuvo una serie de excelencias climatológicas que no se olvidan: desde sequías otoñales pertinaces al comienzo, hasta cuantiosas lluvias invernales (ya casi olvidadas en nuestra memoria por su intensidadel 16-12-2009), y que quedaron rematadas por una cierta sequía primaveral.
Entre estas novedades, propias del cambio climático que se nos advierte y que ya nos oprime a escala de generación humana y no sólo a nivel de ciclo geológico y climatológico como sería lo lógico, ha destacado sobremanera la descarga de la bolsa hídrica del sistema kárstico de la sierra de San Miguel. Todo el mundo sabe, hasta el más tonto de la zona, que cuando llueve mucho "revienta el Borbollón". Este manantial de presencia ocasional es digno de ver por su violencia y abundancia y merece la pena ser publicitado cuando ocurre y adecentadas sus inmediaciones.
Es en este contexto por el que, como concejal de I.U., hice una propuesta al Pleno para que se publicite, mejore y adecue la zona del manantial. Actualmente carece de protección, abundan las basuras y movimientos de tierras, destaca un paisaje en deterioro creciente, hay falta de aparcamientos y adecuaciones... vamos, un desastre, a tenor de las potencialidades que siempre ha tenido este "mágico" lugar, y aún tiene.
Transcribo el texto de la Moción:
ADECUACIÓN SOCIOAMBIENTAL DEL BORBOLLÓN
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Hace una semana que reventó el Borbollón. De nuevo y varios meses antes de su ciclo natural en primavera. Cuando la pluviometría es normal o ligeramente superior, sabemos en Llerena que esta surgencia kárstica irrumpe y aflora, salvaje, con prisas, a grandes borbotones, en la base del Monte Capilla. Puede durar semanas o meses, depende de reservorio hidráulico acumulado en la formación geológica de tipo sinclinal entre la Sierra de San Miguel y la de San Bernardo, compuesta por calizas cámbricas en contacto con pizarras. La descarga natural de las aguas es de tipo sifónico y se localiza en un punto muy concreto de apenas 3 m2 en una vaguada al pie de la Cuesta Palizala Carretera de Trasierra, lugar que se conoce como “el Borbollón”.
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| Localización dentro del Cordel de S. Benito |
Es un espacio donde se origina un fenómeno tan doméstico como local que, aquí en Llerena, nunca hemos vendido ni mostrado más allá de nuestras lindes y que hasta ahora no hemos destacado por sus valores ambiental, geológico, hidráulico, … hasta mágico. Esta singularidad municipal -aunque estacional y sin continuidad a lo largo del año-, es bien rara y escasa por su potencia y caudal en toda Sierra Morena. Salvo en este entorno próximo de La Madrona y los Llanos de La Vaquera puesto form
an parte del mismo complejo de descarga natural, las referencias están más distantes. Hay que alejarse a 50 Km hacia San Nicolás del Puerto, o a 90 km en Aracena o a 450 km en la Sierra de Segura, para ver ejemplos parecidos, aunque sin esta intermitencia.
Pero nuestra modestia y familiaridad local con este fenómeno natural no es óbice para recapitular y reconsiderar ya los afloramientos hídricos calizos de nuestras estribaciones calizas con una visión diferente y con mayor rentabilidad social. En La Madrona ya se actuó con escasos resultados paisajísticos, sociales y estéticos, entre otras cosas por sus estrechas dimensiones. En la Vaquera habría que acotar las limitaciones inherentes a la propiedad.
Pero en esta surgencia sifónica del Borbollón, por suerte, todo es más fácil. El lugar donde afloran las aguas son terrenos de dominio público del Cordel Soriano o de San Benito, por lo que su gestión, conservación, protección y administración pública corresponden a Se trata de ofrecer al turismo local y regional este recurso novedoso en el sentido amplio del término, toda una singularidad geológica que puede funcionar también como reclamo turístico. Tenemos que vender y promocionar este valor.
Para ello es preciso un proyecto atractivo que potencie el paisaje del entorno actual (muy rural por cierto) y sin agredirlo, que a la vez recupere y aproveche este espacio tan breve y acotado, que está limitado por los olivos de Las Caínas y la recién arreglada carretera. Facilitando así el acceso, aparcamiento, recorridos y adecuaciones recreativas, por medio de viondas, talanqueras, enlosados de piedras, pontones, etc. rescataremos este espacio para la sociedad sin alterar el uso original de cordel y tránsito de ganados. Este proyecto debe tutelarse desde el Ayuntamiento y gestionarse después también. Pero con ideas claras de diseño y ordenación, protegiendo el afloramiento y poniéndolo en “carga ambiental”. En base a lo anterior, se propone al Pleno de la Corporación de Llerena que adopte los siguientes:
ACUERDOS
Primero: Solicitar a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir un estudio geológico de la zona con el fin de estimar los recursos disponibles del acuífero, a la vez que sus potencialidades.
Segundo: Solicitar a la Dirección General de Desarrollo e Industrias Agrarias y el Servicio de Vías Pecuarias una adecuación ambiental y socio-recreativa en la zona, permeable lógicamente al tránsito ganadero.
Tercero: Se incluya en próximas ediciones de las guías oficiales y en la página web municipal.
En Llerena a 22 de febrero de 2010
EL PORTAVOZ DEL GRUPO MUNICIPAL DE
IZQUIERDA UNIDA DE LLERENA.
Fdo.: Juan E. Mena Cabezas
Para mi sorpresa el debate derivó en que para los otros ediles y para el alcalde esto no es importante, abundando el concejal de Agricultura y Medio Ambiente en su escasez de agua y temporalidad, o sea no viendo las potencialidades porque, sencillamente, no se les ha ocurrido a ellos. Considero que los recursos hay que utilizarlos y potenciarlos TODOS, pero ellos no se dan cuenta. El alcalde escorando las propuestas dice que no se va a publicitar una cosa que no es continua que confunde a la gente y menos editarlo en papel. Rebato que yo no propuse edición en papel sino por los medios que se consideren. También argumentó que el servicio de Vías Pecuarias no se dedica a estas cosas, cuando es bien sabido que están esperando iniciativas para el buen uso de las mismas, y le enseñé artículo de prensa regional al respecto. Estos ediles de Llerena no saben dónde están. Al final sí que se aprobó en parte y que se le solicite un estudio a la C.H. del Guadalquivir al respecto.
Parece que en junio de 2010 vinieron técnicos de la Confederación a ver el tema y no se sintieron muy persuadidos desde el Ayuntamiento, planteando ordenaciones d ela Sierra sin sentido alguno, en vez de proponer cuestiones y proyectos atractivos para la zona.
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Hoy, 21-10-2010, me pongo por fin a leer la reciente publicación del "Boletín de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura" con el artículo "Gerardo Ramos Gucemas: semblanzas y ejercicios de memoria" que mi amigo, el profesor D. M. Martín Burgueño acaba de sacar. Además de su envolvente y agradable lectura sobre la vida y obra de nuestro paisano y pintor (cosa que recomiendo desde aquí) destaco y resalto unas frases de su niñez a colación del Borbollón, tan tiernas como veraces. Diría que sintetizan las sensaciones que allí vivimos y, que se viven aún.
Adjunto un fragmento del Ejercicio 11.
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En la segunda semana de enero de 2011, menos de una año del último "reventón" de nuestro Borbollón, resulta que se ha manifestado de nuevo, aunque con menos intensidad. Sin duda las frecuentes lluvias de este otoño pasado, y los remanentes hídricos existentes, han facilitado esta buena nueva.
Recuerdo las argumentaciones del Alcalde y del Concejal de Agricultura y Medio Rural de febrero de 2010 ante mi Moción, en la que denostaban este recurso achacándolo de errático y ocasional.
A veces es mejor no hablar, pues las palabras hay que comérdelas, más frecuentemente de lo que a uno le parece.
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